18 febrero 2007

Servicio a la comunidad: domestique a su pasajero

En un esfuerzo encomiable (inspirado por una antiquísima columna de Isabel Allende en la revista Paula) y de servicio público, ayudaremos a comprender a la raza que se ha asomado en estos días: el pasajero del transporte público.

Llevamos nueve días del plan que cambia todo el sistema de la locomoción colectiva de Santiago, las alteraciones del inicio ya se están disipando, los noticiarios de la TV ya están recurriendo a las imágenes de archivo del lunes y martes para ilustrar el supuesto caos en que nos metieron. Y así uno va configurando quienes son los distintos tipos de usuarios que se pueden ver en la capital. Con tono a lo Javier Miranda en Maravillozoo, digamos A-TEN-CION:

El pasajero mono - Es aquel que se sube a la micro como tomando una liana, su lugar favorito es la pisadera, pero cuando le gusta el leseo, perfectamente podría ir en la ventana, como lo muestra esta foto, que fue portada de La Segunda el lunes.

El pasajero cómodo - Matinal "Gente como tú" de Chilevisión, lunes 12, 10.50 horas. Móvil en la Estación Central. Pregunta el notero: "Y usted, señor, ¿desde qué hora está aquí?, el pasajero le contesta "Uf..., llevo desde las 05.30 de la mañana esperando una micro", ante lo cual el notero contrapregunta: "¿Hacia dónde se dirige usted?", "A Quilín", lo cual podía perfectamente tomar el Metro hasta la estación Quilín y tomar ahí una micro. Lo más patético es que el reportero no sabía (o no le quiso decir) que ahí mismo había una estación del Metro.

El pasajero Passalacqua - Es ése que todo lo encuentra malo, que las micros no pasan y no le paran, como a la viejita que la entrevistaron en "Mucho Gusto" (¿o pésimo gusto?) de Mega (o Mierdavisión), donde la periodista le pregunta si sabía qué micro le sirve y le responde "La 401, llevo dos horas esperando que pase esa micro, pasó una y no para". Ante tal respuesta, la notera le dice: "Llevamos 15 minutos acá y ya hemos visto pasar como cuatro 401", para rematar con "Y justamente ahí viene otra 401" e hizo subir a la veterana a la micro.

El pasajero Moreira - Prepotente, bruto y desinformado, como el pasajero "escabechado" que me tocó el otro día, que no se bajó en la esquina donde paraba la micro "oruga", quería que le pararan a mitad de cuadra, pero como el conductor no para a mitad de cuadra, pateó la puerta hasta que hizo tira el vidrio. O como el otro idiota que llamó a la radio W, cuando estaban opinando sobre la Copa Davis la semana pasada y el tipo increpa al locutor diciendo "Santiago se cae a pedazos y ustedes hablando de tenis". Patético.

El pasajero Sergio Feito - Aquel que ha hechos puros chistes fomes en contra de Zamorano. Que por qué no está en la calle, que devuelva los supuestos 300 millones (no son ni 300 ni se los pagó el Gobierno), que las cazuelas de la mamá, hasta la Kenita le sacan al baile... ¡¡¡Dejen tranquilo a Bam Bam!!! El hizo su pega y punto, no es Mandrake el Mago.

El pasajero Me saqué un 1 en Geografía - Ese que no sabe cómo leer un mapa. En todos los países tienen mapas con el transporte público, pero sólo en Santiago (no metamos al baile a los que vive en regiones y se infoxican con tanta información) un capitalino se pierde en la capital con un mapa en la mano y sin preguntar.

El pasajero Radio Oasis - Pura nostalgia. Es el típico que quiere de vuelta a los mafiosos de métodos gangsteriles como Demetrio Marinakis (que ya anda al cateo de la laucha). Es la misma especie que en 1992, cuando se licitaron las micros y se puso un poco de orden, no le gustaban las micros de color amarillo.

Es entendible que hay problemas, pero no estamos en una "Zona Cero", además hay muchos hábitos que a los santiaguinos tienen que cambiar (como el "me lleva por gamba", el "me abre por atrás" y el insoportable "Mi intención no es molestarle..."), pero hay que hacerlo, porque a las amarillas no se aguantaban más.

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