La censura no existe, mi amor, oh, oh...

En estos días hemos visto distintos tipos de censura. De las más comunes, hasta las indignantes.

Primer caso: A la tía Patty le falló la censura y la censuraron.

Pasó el lunes en Morandé con Compañía. La tía Patty (Patty Cofré) tenía su rutina de los "15 segundos de confianza", donde se largaba con un rosario de garabatos ("xuxadas" en el vocabulario de La Cuarta). La decente dama, cuando daba su sermón, era prolijamente censurada por una musiquilla que impedía que los oídos de los televidentes no fueran contaminados. Pero una falla de audio dejó que el vocabulario de tan distinguida señora se escuchara. La gracia del gag era cómo la veterana actriz hacía los gestos de los garabatos y cómo el público se reía de lo que decía. Pero inmediatamente salió el Kike diciendo "Salieron los garabatos de la vieja". Desde ese momento, se acabaron los 15 segundos. Moraleja: como falló la censura, censuran a la vieja.

UPGRADE: Aquí está el video de la Tía Patty, para el deleite de sus oidos:



Segundo caso: El condón no existe en Mega ni en Canal 13, aunque en sus teleseries tiran como conejos.

Era predecible. Para Mega y el Canal 13, el condón no existe. Según el criterio estrecho de esos canales, el sexo es solamente para vender, no para educar. El sexo puede estar en las teleseries, en los programas pseudo-juveniles (aunque un niño de cinco años es más despierto que todo el Team Mekano junto), en el noticiero, pero no en una campaña de bien social. Además salieron los otros pasteles que nunca faltan en el balie (la UDI y la Iglesia), para decirles que no a estas campañas. Está bien que el lenguaje sea directo, duro, franco. Ya no vivimos en los tiempos del polen y de las abejitas. El que no quiera informarse sobre el prevenir el SIDA, el embarazo adolescente, no tiene derecho a prohibirle a los demás que se informe.

Tercer caso: Si no hay delitos, no hay noticiarios.

Todos nosotros lo vemos: las primeras noticias de las ediciones centrales de los informativos televisivos son de delincuencia. Aunque sean delitos de otros días, no faltan. Y no fallan. Elevan el rating para algunos, en otros hacen mantener el rating que se pierde por la teleserie de las 8. Y hay casos realmente patéticos, como Meganoticias, que a cualquier noticia que tenga un atisbo de riesgo, musicaliza como si fuera una cinta de suspenso o terror. O 24 horas, que cuando presentan las notas policiales, de fondo la imagen en primer plano de un encapuchado, apuntando a la cámara, o sea al televidente. Así cualquiera tiene miedo. La manipulación también es una forma de censura.

Cuarto caso: "El Mercurio", aparte de mentir, te censura.

El Mercurio inaguró su blog de su página editorial. Pero después de enviarlo, tu opinión es revisada, para no contravenir sus términos de uso. Así que por eso no va a encontrarse ninguna crítica al diario, ni menos a sus columnistas, especialemte Hermógenes Pérez de Arce y Alvaro Bardón (el ex-presidente del Banco del Estado, que salvó al diario de las "garras" de su misma institución, a costa del bolsillo nacional), que la mayoría de las opiniones (por no decir casi todas) son muy a favor. Yo traté de enviar una opinión sobre Hermógenes, pero no se publicó. Que raro ¿no?.

Quinto caso: "Rocinante" muere como un Quijote.

La Revista "Rocinante" cerró hoy sus páginas, debido a la poca o casi nula publicidad que podía generar. Su directora Faride Zerán dijo que el Estado invierte anualmente 500 millones de dólares en publicidad, de lo que poco o nada llega a los medios independientes, sino que van directamente a los grandes medios del país. Casi toda la torta se la lleva "El Mercurio" y COPESA. Otro medio independiente, al igual que Plan B, La Epoca, Análisis, Cauce, Hoy, Fortín Mapocho, que desaparece gracias a las "bondades" del mercado publicitario chileno, que es otro poder político en nuestro país. La publicidad es otro tipo de censura.